martes, 20 de abril de 2010

Lunes de Círcolo para ser menos cuadrados

A inicios del verano, de este raro verano que acabó, varios masters y una buena mancha de subs-treinta retomamos, una vez más como desde hace varios años la dicha de una hora "persiguiendo la pelota", como dice tanta gente que seguro eso hizo en vez de jugar al fútbol, y lógicamente se aburrió o aburrió a los demás.

Pues de eso, justamente, no se trata este deporte colectivo, donde entre muchas cosas debes estar en tu lugar básicamente, apoyar a tu equipo desde la zona que te corresponde, defender, crear juego, recuperar el balón o a atacar, según el planteamiento acordado. Perseguir una pelota? No sean pelotas pues, eso no es fútbol sino kermés de cole o a lo más paseo oficinesco con polos y gorritas para que sigan amando a su amada empresa.

Paramos un rato en febrero pues había mucha chamba. Y desde la semana pasada hemos pasado los partidos de los martes a los lunes, entre las 7 y las 8 de la noche, siempre en el mesocrático y amable Círcolo Sportivo Italiano gracias a Antucazao, hermano querido. Un portón azul metálico, y ahi nomás la bella canchita de grass muy bien iluminada.

Varios llegamos antes para "gorrear" veinte minutos de cajncha, pero como ya amanece más temprano ahora solo "calentamos", lo cual es básico pues en estos tres meses por lo menos un par de "players" se autolesionaron (Marta Chavez dixit) producto de la confusión mente-cuerpo que todavía nos caracteriza a varios.

Como te explico?, como diría una linda niña de Eishia. Sucede que nuestro cerebro sigue creyendo tener 20 años (en la cancha y también a veces en la vida, en el amor y en la chamba, siendo sinceros), Pero el corpus portante, el chasis de uno, tiene los añares que tiene, incluso a veces más, siendo sinceros de nuevo, dado el trajín setentero, ochentero o noventero del portador específico de la respectiva humana humanidad, que deja a pulmones, piernas y reflejos en estados varios que otro día desarrollaremos.

Y como esta mañana que esto escribo, resulta que la "entrega deportiva" , la alegría de los lunes, se traduce en que pararte al día siguiene requiera un par de sogas, concentración total, y /o de las manos amigas de un buen samaritano o mejor, samaritana. Sogas no tengo y samaritanas menos, pues se fueron para siempre aquellas que "elegí" pero ahora calientan otras sábanas, así que solo estando Zen un rato podré en algún momento pronto, espero, salir de horizontal, y abrir el caño de la ducha, para, vestido ya, tratar de entrar, primero, y calentar el motor del rojo escabarajo para arrancar de nuevo el día.

Pero, igual, aunque me duela todo, el próximo domingo nuevamente prepararé mi bolso, pondré ahi guantes, zapatillas, camiseta, shorts, y medias, y saldré de la oficina a Pueblo Libre (que inmejorable nombre el del distrito no?) . con Miguel, Juanca, William Darío, para estar "minutos antes de las seis" como decía El Veco. Y abrazar previamente y después del partido a Martín Jr, a Antuco, a Tato, a Roger, al Chino Anti, y a todos los quienes sabemos que esto sirve para querernos más, para quererlos más, para tratar de ser un poquito mejores cada día, aunque suene cursi. No perseguimos pues pelotas, perseguimos "eso" desde niños, y cada uno tiene su "eso". Nunca soñaste acaso que entrabas al estadio con tu equipo o hacías un golazo. De eso también se trata esta costumbre.

jueves, 31 de diciembre de 2009

TRES VOLKSWAGEN

UNO: Volkswagen blanco

Los cuatro habíamos terminado cuarto o quinto de media, creo que quinto, en La Recoleta; hablamos entonces de 1976 o 1977, hace mucho y hace poco. Las cosas habían salido conforme a lo planificado desde que entramos a secundaria: no perder el tiempo con física, química, ni matemáticas, y dedicarle esas horas de clase y de “estudio” al fútbol peruano, argentino, y español y francés (gracias a las revistas Don Balón y Onze, que le enviaban al Gordo Mariano sus hermanas, radicadas en España). Las sesiones de clase eran el mejor momento para voltear, con pausa y placer, cada página de Ovación, Deporte Gráfico y El Gráfico, joyas que asomaban bajo la madera del pupitre. Eso sí, poniendo cara de súper concentrado cada vez que los profes Valencia, Suave o el padre Hervé dejaban de escribir esas huevadas - que nunca entendí - en la pizarra.






Esperaríamos marzo para dar los “exámenes” de cargo en la USE de Ate-Vitarte, en Santa Anita. Nada más papaya que esa burla, la verdad. Solo tenías que aguantarte las miradas de desprecio hacia los blanquitos esos - que éramos nosotros - por parte de los profesores a cargo del proceso, de los patas de los colegios nacionales, de las secretarias, de los conserjes, de todo el mundo - y ya, asunto arreglado. A matricularse para el siguiente año y seguir con el método Martín.






La verdad que el sistema me falló un año, en tercero de media. Jaladazo en esos tres, como previsto, y, oh sorpresa, putamadre!, también en inglés. Me refugié, , sin decir nada en Italia 351, la casa de mi abuelo, de mis tíos Diego y Amparo, de mi hermano Colorín, de mis primos. El faro de La Marina debía iluminar nuestra cabeza para analizar como contarle tamaño deshonor a mi querido viejo. Protegido por tanto cariño, opté por no pensar, e irme a diario a La Herradura o Los Pavos, playas de moda en ese maravilloso tiempo, para nadar un montón, salir de blanco, mirar culitos y hacer ojitos. Nos bastaba un sol para tomar el micro verde, la 73. en el parque Bolognesi, llegar a la bajada de Armendáriz y bajar caminando a la libertad ampliada: el mar, las chicas lindas. El otro sol era para un rojo Glacial, a medias, el mejor helado de agua del mundo sin duda; nadie vendía sánguches de pollo ni choclos ni ceviche, lo juro Y así fueron los días de bacanes y tranquilos.






De pronto, una mañana, la tía Amparo entró feliz a nuestro cuarto y me contó que el ministerio de Educación había decretado que ese año no repetías con cuatro cursos, que los podías dar en verano en Santa Anita. Que tal leche carajo! Como le pasó una vez a la U, mi equipo, gracias a movidas de sus dirigentes, “no bajé” gracias a órdenes superiores: habían jalado también en idem cursos al hijo del ministro de entonces, no me acuerdo si Guabloche o Velásquez, un general de aquellos.






Pues toda esa alegría casi se va a la misma misma cuando, como contaba al inicio, un par de años después nos volcamos en un VW blanco nuevecito, de la mamá del chato Paúl, en el que regresábamos felices, una vez más, de Santa Anita y de la fiesta de los cursos de cargo. Eramos cuatro, pero sólo me acuerdo que Paúl manejaba, que veníamos del colegio y estábamos por entrar al óvalo de la Universidad de Lima a gran velocidad cuando, mierda, patinamos y nos dimos felizmente solo una vuelta, un tortazo. El auto de cabeza, ni un vidrio roto (saltaron intactos, que vivan los VW !!!), ni una gota de sangre, ni un hueso. Nada. Solo Paul maldiciendo: mi vieja me va a matar!!!

DOS: Volkswagen naranja o rojo? (pronto)











martes, 15 de diciembre de 2009

sobre un remember mal jugado

Asu!! Han pasado casi tres meses desde que me propuse escribir acá por lo menos un par de veces por semana. Debían haber casi 20 textos y sigue habiendo solo uno. Uno, sobre este tipo Osho, que según mi queridísima cuñada Marianne, resultaría ser un fanfa, un farsante, un tipo interesado solamente en el billete, como tanta gente. Un hablador exitoso se diría (como otro montón de gente). Pensé averiguar al respecto pero, la verdad, entre la chamba en Lima, que me gusta y cansa, y entre los viajes de chamba, que me gustan, me descansan y también me cansan, nunca más me dí el tiempo para hacerlo, hasta ahora.

Hubo al medio - nada extraño - un tema de amor y de reencuentro que resultó en desamor y desencuentro. Un asunto en verdad breve esta vez, pero sobre algo antiguo relativamente, algo que fue potente, que en su momento me movió, me encantó, me rayó. Esta vez fue un "remember" como dicen ahora, sobre el cual aposté más de lo debido, y enseñando demasiadas cartas en el juego. Porque pasan los años, y sin embargo en más de un tema, uno sigue siendo un torpe necio, un inventor de pensamientos propios que adjudica a la otra parte, a ella, mejor, a ellas, sobre los cuales construyes escenarios casi siempre irreales, ilusorios, propios solamente de tus exclusivas fantasías, de tus elusivas ilusiones. Un huevas también, por supuesto. Un antiguo macho men hoy reciclado, devenido en su momento a canoso panzón y rey de bares, hoy reencontrando por fin al tipo de antes, a ese que incluso a uno, que esto escribe podía caerle bien y serle interesante.

Felizmente en estos casi 90 días (sin 500 noches, de pronto 10 o 15) llegó a vivir a casa la más "chiquita" (21) de mis dos hijas, la segunda de los tres que tanto quiero. Llegó con su sonrisa eternay su buena onda. Rápidamente, su dulzura, compañìa e inteligencia, empezaron a cambiarme la vida una vez más. De pronto ya la casa estaba siempre iluminada y en la cocina, pues se cocinaba. Y llegaba su enamorado, que me parece la quiere bastante (más le vale), y cenábamos juntos. Y ciertamente, me acostaba más temprano y me dormía más rápido. Pasaron los días y así fueron las cosas.
En paralelo se dió lo de Doña remember, que viajó a las europas supuestamente a ver un tema de papeles y residencias. A los dos días la globalización y la web me pusieron rápidamente al día "de lo que en verdad acontecía". Las fotos, su personal reencuentro, el tipo, el lindo niño, ella. La familia feliz Ja, dicen mis hermanos. Si pues, ja. Que chucha, me dije, estaba como visto, no es para nada una sorpresa. Esta vez no la cago, me reté. Y así fué básicamente.
Así fué básicamente o bacinicamente, que suena parecido y lo expresa mejor. Salvo un resbalón al medio, fruto de unos chilcanos que uno se empujo aún en cuarentena (craso error, procuraré aprender mi querido Pavlov, aunque con los humanos no funciona el saber qué es lo que te genera displacer, para ser elegantes). Salvo esos inigualables chilcanos del nuevo Piselli y su pequeña secuelita, todo estuvo mejor luego, aunque no estoy contando algo que de momento no quiero contar.
Entonces hoy retomo, sin trago claro, pero re-tomo, este quehacer de escribir que tanto me gusta y tan poco pongo en praxis. Traeré para acá algunos temas tratados muy al paso en FB, que pienso dan para mucho más reflexión, y vacilón también. Hoy por ejemplo, a pesar de mi apuesta permanente por la paz, el consenso y la no violencia, y muchas más cosas y principios, no puedo dejar de alegrarme de la forzada ida al dentista y al cirujano plástico del facista Berlusconi. Porque soy humano pues. Pero ese es otro tema.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Osho, los niños, la inteligencia y la estupidez humana

Siempre tuve un gran prejuicio ante el tal Osho. Veía en las librerías una buena cantidad de libros firmados por el tío y los asumí siempre como algo a caballo entre Coelho, el mexicano Cornejo y Kopra. Pero hace unos meses Geraldinho Vieira, un amigo periodista "brasileiro"; conversando del alma y del "espírito" en un break mientras compartíamos culposamente un Lucky de cajetilla con fotón de cáncer pulmonar, me recomendó leerlo. Y hoy le digo; gracias hermano por el dato sobre el hombre. De verdad vale la alegría darle una mirada a sus libros. Son conferencias transcritas en las que él se refirió a diversos temas, con mucha claridad, con gran énfasis. Sobre el ego, el sexo, la creatividad, la inteligencia, etc.
Muchos amigos y amigas me miraron y/o dijeron que pasa con Martinazo, a la vejez se nos volvió huevón (o más huevón). Y entonces comparto esta mañana algo de este sabio hindú sobre los niños, la inteligencia y la estupidez, porque justo hace unos días comentaba -en broma, no soy nazi ni facho - que deberían haber depósitos para estúpidos, donde hagan lo que quieran pero sin joderle la vida a los demás, donde coman, defequen, conversen y esperen la parca piadosa entre ellos, sin romperle el corazón, el hígado y demás achuras a la gente que trata de vivir libremente sin joder a nadie. Supongo que la contrapropuesta del grupo sería encerrar a los demás. Vamos con algo de Osho entonces:
"no permitimos que los niños permanezcan inteligentes. Primero porque si son inteligentes serán vulnerables, serán delicados, serán abiertos. Si son inteligentes serán capaces de ver muchas falsedades en la sociedad: en el Estado, en la Iglesia, en el sistema educativo. Se volverán rebeldes. Serán individuos; no se acobardarán fácilmente. Los puedes aplastar, pero no puedes esclavizarlos. Los puedes destruir, pero no puedes obligarlos a avenirse. En un sentido la inteligencia es muy suave, como una rosa; en otro sentido, tiene su propia fortaleza. Pero esa fortaleza es sutil, no burda: Esa fortaleza es la fortaleza de la rebelión, de una actitud inclaudicable.Uno está dispuesto a morir, uno está dispuesto a sufrir, pero uno no está dispuesto a vender su alma."
Mañana hablamos de otras cosas, pero no del sinverguenza del ministro Allison por favor, con su carita de Boloña con bótox, se las traía nuestro "político". MGG.